febrero 17, 2014

Diario Lunar II: Cantos Del Silencio


-"Memorias..."
Había dedicado mi día a buscar algunos objetos ciertamente nombrados "tiliches", aquí, en la habitación donde comúnmente me encierro poco tiempo para crear o realizar algún quehacer.
Me encontraba descombrando algunos libros ya olvidados de aquel pasado pueril cuando note la aparición de una bolsa semitransparente (ya opacada por el tiempo y el polvo) que contenían hojas dobladas por la mitad y de igual o mayor antigüedad . Deje las cosas que había tomado sobre el suelo y me puse a investigar aquel contenido; en efecto eran hojas de antaño, hojas removieron muchos recuerdos, tanto buenos como malos, alegres y melancólicos de un pasado quizá mejor pero mas nunca insuperable como este presente.
Continuando con aquella indagación llegue a desdoblar la ultima hoja, entonces de esta cayo suavemente una pluma de tono azul y una fotografía un poco dañada. Me incline hacia el suelo para recoger aquellos objetos a tientas mientras trataba de leer el contenido un tanto borroso de la carta. Era un breve poema, un pensamiento realmente:
"El sol acaricia los rostros, mientras el viento envuelve el entorno,
somos aves extrañas,multicolores y maravillosas, pero al mismo tiempo
también tememos de las cosas extrañas; somos pichones petrificados,
dados a la idea de que la rama nunca se romperá y por ello
no le damos importancia de fe a nuestras alas y a nuestros sueños..."
Hasta ese punto llegaba aquel pensar. Tuve que releerlo hasta 3 veces, con cada letra me entraba un vació de tristeza pero al mismo tiempo una sensación de alivio. Recordé entonces los objetos que recogí  y me detuve a mirarlos. Primero vi la foto y los recuerdos inundaron mis pensamientos, allí estaba yo y un amigo que se había marchado hace mucho tiempo culpa de aquel reloj vital y biológico que todos poseemos, creí nunca tener nada para recordarlo, pero allí estaba, oculto en un foto resguardado debajo de una pila de libros; pronto recordé que esa pluma era un obsequio de él (era un pluma de un azulejo de las montañas, su ave preferida), al igual que también recordé la conversación que tuvimos.
Solía decirme que nadie sigue sus sueños por temor a fallar, por temor a perder, sin embargo todo aquel ser que pierde es aquel que con su monotonía acaba de poco en poco su preciada existencia. Siempre hay que estar en movimiento, siempre buscando armar un nuevo día a cada hora y a cada minuto, que nuestras ideas vuelen tan libres como las aves y que nuestros pies y decisiones sean firmes en la tierra para cumplir nuestros objetivos, al final, cuando ya estemos en una edad en la que no podamos realizar lo que queramos veremos nuestro pasado y encontraremos que cada cosa que hicimos forma parte de un enorme rompecabezas que armamos.
Con aquellos recuerdos guarde en un cajón la pluma y la foto, los libros los envía de vuelta a donde estaban y salí a dar un paseo a la calle teniendo en cuenta aquella memoria... 

febrero 06, 2014

Notas Bohemias: Un Poema Y La Primera Luna.


-Ultimas Hojas De Otoño- (Poema)
"¿Cuantos vientos delicados no nos abatirían?
Suavemente en la aurora del media día,
Entre aves surrealistas y nubes de neblina,
Ondeando libremente hasta el fondo vital.
Caemos suavemente como plumilla,
Esparciendonos como polvo y ceniza,
Al son de la dulce melodía silenciosa
Sin ninguna voz que sea pesarosa.
Aquí es el limite de toda la existencia,
De las dudas,los miedos y las impaciencias,
Que de retirada aquel que no vea sus alas,
Aquel que tenga su mirada cabizbaja.
Volemos hacia aquella mortalidad,
O caigamos en la misma continuidad,
Somos ahora,todo y nada en absoluto,
Canto,reproche y mil encantos con cerrojos".
(-Elvira Eridan Wölven-)




UN BREVE PASEO BAJO UNA LUNA LLENA DE INVIERNO

Aquella es la primera madre del año, refiriéndome a la luna de Enero: blanca y fresca. Es curioso saber que se nutre de la muerte invernal para animar el inicio de un largo ciclo de 12 meses. Como devorando el pasado para nutrir algo mas pleno y trascendente.

Allí estaba yo por la tarde, sentada en una pequeña plaza colonial, pintoresca y agradable a la vista y tranquilidad humana.
La música contemporánea comenzaba a escucharse, entre las baladas de una guitarra de corte acústico y un cantante desconocido que parecía de trato agradable y lejano, el olor de un café recién hecho y posado sobre mi mesa, ya listo a ser degustado, llamaba a mis sentidos a comenzar un pequeño dibujo de mi alrededor.
En blanco y negro sobre una hoja amarilla pinte el movimiento, la música y la calidez del escaso día; poco a poco mi bebida se fue extinguiendo hasta que se agoto por completo. Al lado del garabato que simulaba la realidad coloque un pequeño poema que me vino a la mente mientras dibujaba ("Ultimas Hojas De Otoño"). Tras darme cuenta que el sol había caído tras el horizonte, decidí guardar mis cosas, me dispuse a pagar y a iniciar la larga caminata hacia mi hogar.


Bajo la influencia del frío y la poca neblina, las personas parecían más imágenes espectrales que materiales, la luz platina petrificaba entonces los edificios de cantera y los arboles de antaño a mi andar, mis pasos ya eran abrazados por la dulce composición de medianoche, aquella que indica que la oscuridad nos cubre por completo y que los sueños y pesadillas comienzan a deambular entre nosotros.
Esa extraña y gratificante sensación que nos invade al imaginar que caminamos entre ruinas ancestrales, entre retajos de historia olvidados, entre santos
griales jamas encontrados; esa es la precisa emoción de alegría del ya no permanecer inmóvil a los ojos del mundo diurno.
Y mi rumbo sigue sin detenimiento alguno, esta próxima mi casa, ya casi a unos pasos de llegar al calor hogareño: retomar una lectura o quizá dar fin a una obra no materializada. Sin embargo mi alma pide invadir aquel paisaje que ofrece la duda y el encuentro de lo metafísico entre sombras y  pocos candiles de luz... pero ya es tarde, mi cuerpo ya ha atravesado aquella puerta que se cierra con llave, que encierra a mis demonios noctámbulos clamantes de poesía bastarda engendrada entre los ecos desconocidos y las imágenes revestidas de vasta imaginación humana.

Al poco rato de mi llegada la luz de mi habitación se ha apagado. Morfeo y cuanta deidad del abatimiento
existan hacen su típica presencia; ya carezco de fuerza y solo la luz pálida de aquella hermosa luna llena, que se filtra por la cortina de mi ventana entre las horas transcurridas, permanece en lo alto de la bóveda celeste, siendo testigo de las maravillas nocturnas y contándome entre sueños lo que sucede fuera de mis sentidos hasta que pierdo la conciencia de aquellos relatos que, seguramente, alimentaran mis alucinaciones.
Canta, canta una vez más luna, esa canción que hace estremecer a los lobos y crear poemas para el universo desconocido, para ti, para el temor de los mortales, para la presencia de las estrellas tiritantes de las lejanas constelaciones. Canta aquel verso en cual yo camino bajo tus relámpagos blanquecinos entre lugares desconocidos y escribo historias épicas de como marche bajo tu mirada ancestral mientras todo dormitaba.

ENTRE LA TINTA Y EL TIEMPO...

|- El Reloj Sigue Deslizando Polvo Aunque Creamos Que El Último Grano A Caído -|  El tiempo ha transcurrido de una manera veloz, no...